Por Dámaso Adames
El emblema de LA MESA DE COORDINACION NACIONALISTA cumple una doble función, nos identifica como entidad patriótica y reivindica nuestro orgullo de ser una nación multiétnica o mestiza.
Nuestro país es un santuario donde todas las etnias o colores de piel convivimos en armonía, unidos bajo el símbolo de nuestra bandera nacional, aquí no somos afros ni caucásicos, tampoco orientales ni amerindios; aquí somos dominicanos.
La nación dominicana se comenzó a formar desde el mismo momento en que se iniciaron las uniones, forzadas o espontaneas del español conquistador, el aborigen natural y los negros esclavizados importados de otras tierras.
El estado República Dominicana nació un 27 de febrero del año 1844, ese día esta simbolizado en nuestro emblema, también aparecen las letras R D, de República Dominicana, es lo que los Neoliberales-globalistas-postmodernos quieren borrar de nuestra historia y de la conciencia de nuestra nación.
Los colores de nuestra bandera nacional azul ultramar y rojo bermellón representan la libertad y la sangre derramada por nuestros héroes, presentes sobre el fondo blanco por medio de estrellas símbolos universales de luz, fuerza y poder.
Las franjas horizontales, rojo y amarillo, representan los colores del estandarte de los Reyes Católicos que flameó en nuestro país en las fortalezas y ciudades que fundaron los españoles en toda la isla, de ellos somos legatarios, heredando la mayor parte de nuestras costumbres y cultura, lo que nos diferencia radicalmente de los Aitianos.
La Q que aparece entre las franjas amarilla inferior y verde superior representa la presencia de los habitantes indígenas, quienes llamaban Quisqueya a nuestra tierra, eran los quisqueyanos originales al llegar los españoles; presentes en la sangre, en la genética, en la geografía, en la orografía, en el idioma y la culinaria dominicana.
Las franjas verdes, negro y verde representan nuestra herencia africana, colores presentes en la mayoría de las banderas de África, incluyendo las naciones originarias de los negros esclavizados que sustituyeron a los indígenas en el trabajo forzado a que fueron sometidos por los españoles.
La peor infamia que se le puede imputar a los dominicanos es ser etiquetados de racistas, cosa que rechazamos; somos la única y verdadera democracia racial del continente americano, producto de las mezclas de español con indígenas, negros con españoles e indígenas con negros; como ya hemos dicho.
Los Neoliberales-globalistas-postmodernos nos quieren imponer como chantaje un racismo importado que no existe en nuestra sociedad, y así obligarnos a una fusión indeseada e imposible con Aiti, estado racista, imperialista, beligerantes y enemigos gratuitos nuestros.
Nuestra simbología reivindica la ascendencia africana de muchos dominicanos y enfatiza que en las filas nacionalistas militan todas las etnias y colores existentes en nuestro crisol, no le tememos a las etiquetas con las que se nos quiere estigmatizar, no somos ni podemos ser racistas en una nación compuesta por mas de un 70% de mestizos-mulatos.
Este emblema simboliza lo que somos y lo que seguiremos siendo, esta tierra y sus recursos pertenece a los dominicanos digan lo que digan, pase lo que pase y al precio que sea, República Dominicana es de los dominicanos y la defenderemos con uñas y dientes si fuere necesario.
En 1844 los haitianos iniciaron una serie de hostilidades con miras a obtener «la única e indivisible», idea que fijaron en su constitución y en sus mentes desde 1804, que además se ha enseñado formalmente en el “Manual de Historia de Aiti”, que expresa: “La dominicanie es provincia rebelde de Aiti”, escrito por el historiador Justino Crisóstomo Doirsanville; todo eso complicado con las teorías de superioridad racial de Jean Price Mars, personaje que nos odiaba por ser mestizos igual a la casta que los gobierna, toda esa manipulación subyace en la siquis del Aitiano pasando de generación en generación hasta el día de hoy.
El 24 de enero de 1856 con la BATALLAS DE SABANA LARGA ganamos nuestra libertad, en esa batalla decisiva, con la que logramos convencer a los haitianos que no ocuparían de nuevo el territorio dominicano.
Sufrimos 12 años de invasiones,16 batallas y 18 años más para que Aiti nos dejara de hacer la guerra admitiendo que éramos independientes mediante un tratado de paz, aunque en su imaginario nunca han renunciado a la idea de ocupar nuestro territorio, desde su primera invasión en 1801, nos mantuvieron 73 años como objetivo de guerra, entre ellos 22 años invadidos.
Estos hechos se han cincelados en el subconsciente y el inconsciente dominicanos, creando un antihaitianismo imposible de franquear, por eso han recurrido a falsificar nuestra historia en connivencia con traidores criollos y oportunistas de la comunidad internacional.
El daño económico generado a nuestro pais, el sufrimiento vivido, la deforestación creada y el atraso en que nos sumieron son enormes; la cultura depredadora haitiana y su alta tasa demográfica son una amenaza a la nación dominicana, ellos amenazan nuestra supervivencia en la isla, por lo que debemos expulsarlos de nuestro territorio.
Vivan nuestros Padres fundadores, vivan nuestros símbolos patrios y que viva eternamente la REPUBLICA DOMINICANA.