Manuel Matos Moquete, escritor y analista de discursos, lo disecciona.
¿Qué quiso expresar realmente el insigne maestro y poeta Emilio Prud’Homme cuando escribió el Himno Nacional? ¿Por qué solo se suelen cantar cuatro estrofas de doce que conforman la composición patriótica?
¿Comprenden niños y jóvenes de esta época el mensaje que pretendió transmitir el autor Emilio Prud’Homme al escribir el canto épico?
Matos Moquete, Premio Nacional de Literatura 2019, accedió, gustoso, a analizar el contenido del himno, canto que se suele entonar cientos, miles de veces en la República Dominicana, sobre todo en escuelas, colegios, recintos militares y en otros lugares.
Recuerda que Prud’Homme fue profesor del humanista dominicano Pedro Henríquez Ureña y que dirigió durante muchos años el Liceo Dominicano, en Puerto Plata, y que era uno de los maestros fundamentales de la época.
Además, agrega Matos Moquete, Prud’Homme era abogado y fue diputado. Pertenecía al grupo encabezado por el humanista Eugenio María del Hostos, al que se adscribió la notable poetisa y educadora Salomé Ureña.
Evoca que, entonces, cuando se compuso el himno, se respetaban algunas normas y se enseñaba mucho la retórica, una materia obligatoria en la época. En esta etapa, argumenta, la composición de un texto como el mencionado llenaba determinados requisitos.
Mutilación del poema:
Matos Moquete califica el himno como una obra literaria y musical y enfatiza que “junto con el escudo y la bandera forma parte de los símbolos patrios” de la República Dominicana.
“También es una obra que está hecha con el propósito de exaltar los valores patrióticos y libertarios del pueblo dominicano. Ese es el objetivo: rendir homenaje al pueblo dominicano por las gestas de la Independencia y de la Restauración, que están en el poema de alguna manera nombradas …y el sentido general del poema, que eso es lo que debemos llevarles a los estudiantes. Es orientarlos, en el sentido de que debemos defender nuestra independencia y nuestra libertad a como dé lugar. Eso es constante y repetitivo en el poema”.
Luego afirma que el poema ha sido mutilado y que por eso aunque tiene 12 estrofas, solamente se conocen cuatro.
“Entonces, un texto que fue hecho por intelectuales, con un sentido patriótico, por intelectuales de una calidad como José Reyes y Emilio Prud’Homme, si tú lo mutilas a una tercera parte has dejado fuera, quizás, lo más importante. Desde mi punto de vista lo que quedó fuera es lo más importante. ¿Por qué? Porque siendo un texto épico, es de alguna manera dramático y entonces tiene un ritmo ascendente, in crescendo. Es decir, tú comienzas y ese ritmo se va desarrollando y se intensifica en las dos últimas estrofas, que son las más conmovedoras y fuertes de ese himno”, explica el autor.
Y prosigue: “Si tú la quieres ver, tienes que ver cómo esas dos estrofas están centradas en ‘Libertad que aún se yergue serena’; y entonces, ‘libertad’, la otra estrofa, ‘que los ecos se agiten’ y luego como termina… tres veces ‘libertad, libertad, libertad’. El mensaje fundamental de ese texto está al final de manera contundente. Entonces si no sabemos dónde está el mensaje, la idea fundamental, nos quedamos con el principio. Yo no quiero opinar de por qué se nos da esa parte. Yo sospecho sencillamente, pero yo observo que el mensaje de libertad está básicamente en la parte que se quedó fuera”.
Matos Moquete se hace más preguntas sobre el texto. “Ahora, ¿quién lo mutiló? Si la ideología de un estado o de un grupo social es decir tal cosa, no me vengas a decir que por el tamaño de un texto yo voy a dejar fuera lo principal sin ninguna intención. Entonces, alguien que supo leer dijo vamos a dejar fuera, por muy largo. Quizás ese era el argumento, pero eso no puede ser un argumento”.
Expresa que debido al corte que se le dio al poema no se puede entender, porque no se puede comprender un texto, una obra cualquiera, por una tercera parte.
Razona que, en la composición del texto, Prud’Homme siguió un esquema. “Si tú tienes que seguir el movimiento del texto, tienes que seguir ese esquema. Por ejemplo, este poema tiene tres partes claras: tiene una introducción, que es la primera estrofa; tiene una conclusión, que son las dos últimas estrofas, y tiene nueve estrofas, que es el cuerpo y desarrollo del poema. Eso está clarísimo”, dice.
Afirma, además: “En la primera estrofa se hacen dos cosas nada más. Dos invitaciones: ‘Quisqueyanos valientes’, ese es el apelativo, ese es el vocativo. Primera acción: ‘Alcemos nuestro canto con viva emoción’. Esa es la primera invitación. ¿Y cuál es el canto? El mismo himno; es decir, que el mismo texto te dice lo que tenemos hacer con él. ‘Alcemos nuestro canto con viva emoción’, y ¿cómo debemos hacerlo?, ‘con viva emoción’, lo está diciendo. Esa es la primera, y luego: ‘Y del mundo a la faz’… Eso es un hipérbaton, que se confunde mucho; y el segundo es ‘ostentemos nuestro invicto glorioso pendón’. A dos cosas nos invita (el texto), a cantar el himno y a izar la bandera, desde el principio…
Entonces es la introducción, es el exordio que tiene cualquier texto, donde te dice lo que el lector, lo que el oyente tiene que hacer cuando está frente al orador”.
También agrega: “Esa es la introducción, y luego el cuerpo comienza con este saludo: ‘Salve pueblo’, saludo como cuando nos enseñaron salve María, ¿no verdad? Es un saludo que comienza entonces… es el propósito de honrar, de glorificar al pueblo dominicano por sus gestas. Entonces, ya con esa estrofa comienza… el desarrollo se va haciendo. Hay cinco secuencias, cinco momentos fundamentales en ese poema, todos alrededor de la palabra libertad, que son los que marcan el ritmo y el sentido”.
Señala que están pareados los dos últimos versos de la cuarta estrofa. ¿Cuál es la cuarta estrofa? Ahí donde se termina la parte que nosotros conocemos: ’que si fuera mil veces esclavo otras tantas ser libre sabrá’. Esa es contundente. Esa es una primera parada fuerte del poema. La segunda está en la sexta estrofa, que vuelve otra vez a la palabra libertad, “donde el genio de Sánchez y Duarte a ser libre o morir enseñó”.
Se refiere a la estrofa número nueve, que dice: “Que Quisqueya será destruida, pero sierva de nuevo jamás”. “Oye bien, los mensajes que están al final de esas estrofas. Y en la diez, que es lo fundamental, que él dice que es el lema de la patria. ¿Qué dice la diez (la estrofa) al final? ‘Y es su escucho invencible el derecho’… Oye bien de qué está hablando él… que el escudo invencible de nuestra patria es el derecho y es su lema ser libre o morir. Entonces él mismo dice qué es el lema y qué es su escudo. Entonces tú no puedes dejar fuera en un texto a alguien que nos está diciendo explícitamente algo que está queriendo comunicar. Y luego está, después de esa décima estrofa, las dos estrofas, sobre todo el último verso ‘libertad, libertad, libertad ”.
Indica que esas dos estrofas son pregonadas por el poema. “Son estrofas de propagación, de ampliación cuando él dice ‘¡Libertad! que aún se yergue serena/La Victoria en su carro triunfal/ Y el clarín de la guerra aún resuena/ Pregonando su gloria inmortal/’. ‘¡Libertad!’, pregón… ‘¡Libertad! Que los ecos se agiten/ Mientras llenos de nobles ansiedad/ Nuestros campos de gloria repiten/ Libertad! Libertad! Libertad!’”. Entonces, se está enfatizando el mensaje principal en esos cinco momentos, que son el ritmo del poema y que es el sentido por mensaje específico, por la repetición de la palabra libertad”.
Y añade: “Entonces tendríamos que leerlo desde ese punto de vista. Pero no solamente tendríamos que leerlo. Tendríamos que hacer una composición musical diferente atendiendo a los énfasis del poema. Yo quisiera reunirme con un músico que me dijera yo te voy a dar esta versión. Vamos a ver entonces cómo tú me vas a componer porque así como él (Emilio Prud’Homme) se reunió con José Reyes tú tienes que darle una interpretación. Yo no sé quién ni cómo lo dividieron, pero el hecho es que es importante saber eso”.
https://www.diariolibre.com/revista/cultura/los-manifiestos-y-mensajes-velados-del-himno-nacional-OE15446228